
Este singular bosque fósil de gran interés geológico, climático y ambiental, está constituido por una gran cantidad de troncos de árboles con raíces, semillas y restos vegetales.
¿Qué es la turba? Es un material orgánico que se forma a partir de la acumulación de residuos vegetales (ramas, troncos, hojas...) en zonas con aguas someras y poco oxigenadas (es decir poco profundas y con escaso movimiento). Estas singulares condiciones fisico químicas, favorecen que la materia orgánica acumulada, comience a pudrirse sin llegar a finalizar este proceso debido al escaso desarrollo de las bacterias encargas de la descomposición, por la falta de oxigeno. Con el paso del tiempo, estos materiales semidescompuestos y ricos en carbono se acumulan formando un nuevo estrato, llegando incluso en ocasiones, a fosilizarse. El proceso de formación de la turba es relativamente lento, ya que puede conllevar siglos. Se trata de una primera fase en el proceso carbonización que da lugar a la formación de carbón o petroleo cuando las condiciones de geológicas, físicas y químicas son las adecuadas.
Estas turberas suponen unos excelentes laboratorios al aire para campos como la hidrología, climatología o la biología.
Su estudio y análisis nos ha ofrecido la posibilidad de obtener información sobre la evolución del clima, de la vegetación y de los usos humanos en el primer tercio del Holoceno (último periodo geológico que abarca desde hace unos 11.500 años hasta la actualidad).
Leer más


El estudio de las turbas que componen este yacimiento,ha hecho posible hacer una recreación de cómo era el paisaje y la vegetación de nuestro litoral, en un momento en el que el nivel del mar era inferior al actual, y la línea de costa se encontraba más alejada. Los troncos, hojas, semillas y pólenes fosilizados encontrados, nos permiten saber qué hace unos 7.000 años la costa cantábrica estaba cubierta por una densa masa de bosque atlántico, ya que se han encontrado avellanas, abundantes hojas de roble (Q. Robur), alisos (A. Glutinosa) y sauces (S. atrocinerea), así como otros restos de cornejos (Cornus sanguinea), helechos (Pteridium aquilinum),…
