Una antigua ferrería del S.XVIII, declarada Bien de Interés Local en el año 2014, actualmente reconvertida en Centro de Interpretación.
En su interior se realiza una demostración del funcionamiento originario de la ferrería y el molino harinero junto con la recreación de estancias e indumentaria. Este museo cuenta con paneles interpretativos, cajones interactivos y presentación audiovisual.
La obtención del hierro y su transformación, es considerada una industria de gran tradición en Cantabria desde el siglo XIV, por su vinculación con la construcción naval y el posterior comercio colonial. El impulso definitivo de las ferrerías, en el último tercio del siglo XVIII, estuvo vinculado a la reconstrucción de la flota propuesta por el Marqués de Ensenada y a las intactas reservas forestales presentes en algunas zonas de la región. Su decadencia se producirá a partir de mediados del siglo XIX, desplazadas por los nuevos procesos siderúrgicos.
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En esta zona occidental de la región las reservas forestales se conservaban más intactas y no sufría la influencia directa de la Cavada, donde se establecieron los primeros altos hornos por el procedimiento indirecto, que requería enormes cantidades de carbón vegetal e impedía el desarrollo de ferrerías más próximas. En 1759 un pleito enfrentó a Francisco A. de Rábago con los concejos de Bielva y Camijanes por la propiedad del monte Alsar de Linares, destinado a leña para carbón. El concejo de Celis le otorgó en 1790 permiso para cortar leña en los montes del concejo bajo ciertas condiciones. La ferrería siguió en poder de la misma familia hasta al menos 1854, fecha de la última referencia documentada de la ferrería.