La Sierra del Escudo de Cabuérniga es un espectacular mirador desde cualquiera de sus puntos y forma una barrera entre la franja litoral y los valles de interior de la Cantabria occidental.
LIC Sierra del Escudo de Cabuérniga
Desde el punto de vista natural, las cimas de la Sierra ofrecen un mosaico de paisajes y ecosistemas propios de los valles occidentales de Cantabria. Alrededor del río y de sus afluentes aparecen espacios de prado ocupando las superficies más llanas y productivas, utilizados tradicionalmente para el cultivo y pasto. Más allá de estos espacios, a media ladera, aparecen los invernales intercalados con espacios de monte, los cuales dan paso a los pastos comunales, estos últimos situados ya en las partes más altas.
Geología
La sierra del Escudo de Cabuérniga se formó hace unos 30 millones de años, fruto de la Orogenia Alpina, discurriendo paralelo a la línea de costa desde la zona oriental de Asturias hasta el rio Miera. Esta gran estructura presenta un marcado escarpe de falla en casi todo su recorrido, el cual se hace más evidente en su tramo medio, convirtiéndose en una auténtica barrera morfoestructural (su cota máxima se sitúa en 925 m) para los ríos Saja y Nansa y separando claramente la zona marina del interior.
La Sierra del Escudo de Cabuérniga es un claro ejemplo de falla cabalgante que circula de E-O a lo largo de toda Cantabria. Ésta se origina cuando se generan movimientos tectónicos creando presión en un área y provocando la fractura de los materiales colocándose unos encima de otros (“cabalgandose”), los más antiguos encima de los modernos.