Las características de este monumento megalítico le convierten en uno de los sepulcros funerarias más importantes conocidos en Cantabria.

Este yacimiento arqueológico con más de 5.000 años de antigüedad, descubierto en 1981 y excavado a partir de 1995, se localiza en un valle de escasa altitud, en el paraje conocido como de Las Brañas en la localidad de El Hortigal (San Vicente de la Barquera).

Se trata de una estructura tumular formada por piedras calizas que se asientan sobre una base arcillosa, dentro de la cual se identificaron, a pesar de los expolios sufridos, los ortostatos de lo que fuera el sepulcro dolomítico original.


Las diferentes campañas arqueológicas, realizados desde 1995, definieron la planta de este monumento de grandes dimensiones que fue utilizado como sepulcro colectivo, cuya cámara sepulcral tenía una longitud de más de 5 metros y cuyo túmulo, encargado de cubrir la estructura, un diámetro de 14 metros. Además, se localizó en su interior múltiples materiales que muestran su utilización desde el Neolítico hasta el Calcolítico, como restos de industria lítica, de cerámica prehistórica, de piezas de metal, de fauna o restos humanos.