Hoy cerradas, la herencia de su explotación ha moldeado el paisaje y reorganizado a la sociedad de un territorio predominantemente agrícola, durante más de cien años.

Conocidas desde antiguo, la gran actividad minera en el municipio de Udías comienza en el año 1855, manteniéndose ininterrumpidamente hasta 1932. Posteriormente, se reabrieron algunos pozos a mediados de los cincuenta hasta su cierre definitivo en la década de los setenta.


Los minerales explotados eran el plomo y en su mayor parte el cinc, presentados a maneras de rellenos de las cavidades kársticas, y de las fracturas que configuran al valle como un auténtico campo de fallas. Por esta razón, su extracción podía realizarse tanto a través del arranque a cielo abierto como mediante la combinación de pozo y galerías.


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