Tiene su origen en el monasterio de época medieval que el conde Rodrigo y su esposa Sancha dieron al cenobio de Santa María de Piasca en 1122.

Edificio datado en el siglo XVII, aunque tiene numerosos caracteres del siglo XVI. Posee planta cuadrada con muros de mampostería y sillares en esquinales, contrafuertes, vanos y fachada principal. Se compone de dos cuerpos principalmente, uno de mayor tamaño constituido por tres naves (dos laterales pequeñas y una central de mayor tamaño) y otro ,de menor tamaño, constituido por el ábside de planta cuadrada.


La puerta de acceso tiene arco escarzano con pilastras cajeadas, sobre las que corre un entablamento decorado con glifos y flor hexapétala. Sobre el tímpano figura una inscripción.


El interior tiene planta de cruz latina, con crucero en altura cubierto por una cúpula con óculo central, al igual que en otros edificios de la arquitectura de Cantabria en los siglos XVII y XVII. Tiene coro alto de madera a los pies y bóvedas de crucería de distinto diseño. En el abisde hay tres retablos, uno dedicado a San Mamés, el del Evangelio a Nuestra Señora y el de la epístola a San Antonio Abad.