Declarada Bien de Interés Cultural en el año 1931, se encuentra en un lugar privilegiado ocupando el extremo oeste de la ciudadela, en lo alto del promontorio rocoso que domina toda la villa.

Este edificio constituye uno de los mejores ejemplos de arquitectura gótica en Cantabria, aunque en sus fachadas se conservan varios elementos de estilo románico, como algunos canecillos y las portadas. Fue mandada construir por Alfonso VIII tras otorgar el fuero a la Villa, en el año 1210.


El templo se edifica incluyendo cánones arquitectónicos góticos, como es la altura del templo, la utilización de agujas y gárgolas, aunque aún tienen mucho peso ciertos aspectos del románico como la iconografía, la tipología de las portaladas, la escasez de vanos o el aspecto robusto de la construcción.


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