Descrito por Fernando Colón en su obra Cosmografía y Descripción de España (1517), el camino que comunicaba la villa marinera de San Vicente de la Barquera con Toledo, constituye un ejemplo más de las comunicaciones entre costa la cantábrica y la meseta castellana, a través del valle del Nansa. Según el cronista el camino sumaba un total de ochenta leguas, lo que equivale aproximadamente 445 km. San Vicente de la Barquera conectaba así con dos centros de gran importancia: Medina de Rioseco (Valladolid), núcleo de comercio e intercambio con Castilla, y Toledo, centro político y administrativo, poniendo de manifiesto la importancia que esta ruta tuvo en el pasado.
La función principal de este camino era la del intercambio comercial de artículos entre los puertos cantábricos y la meseta. Los productos que circulaban por el camino eran la pesca del cantábrico, sal – de gran valor puesto que se utilizaba para conservar alimentos-, productos llegados al puerto como lienzos y tejidos, utensilios de hierro procedentes de otros países europeos, útiles de madera de fabricación local, etc…